Cuento de Silvia Iglesias Busto a partir de binomio fantástico nariz – bombilla.
«Érase una vez un señor que se llamaba Señorbombilla, porque tenía una bombilla en la nariz. Él trabajaba de muchos oficios. Cuando se iba la luz de un colegio o de una casa él siempre acudía para dar luz con su bombilla.
Un buen día Señorbombilla fue a trabajar, pero le ocurrió algo muy raro. No se le encendía la bombilla de la nariz y si no se le enciende la bombilla no puede trabajar y perderá dinero y no podrá pagar su casa. Y como no podía pagar su casa le echaron.
Señorbombilla estaba muy triste. No sabía qué hacer; empezó a llover y se puso debajo de un puente. Al día siguiente le encontró un señor que le dijo:
— ¿Qué te pasa?
Y Señorbombilla dijo:
— Me han quitado la casa y no sé adónde ir.
El señor que vio a Señorbombilla dijo:
— ¿Y por qué te han quitado tu casa?
— Porque yo trabajaba dando luz y la luz de mi bombilla se ha apagado y no se enciende.
El señor le dijo a Señorbombilla:
— Ven a mi casa e intentaremos quitarte la bombilla y ponerte otra.
Llegaron a la casa del señor y Señorbombilla dijo:
— ¿Cómo te llamas?
Y dijo el señor:
— Me llamo Ramón.
Y Ramón dijo:
— ¿Cómo te llamas?
— Me llamo Señorbombilla.
Intentaron muchas cosas como romperla, pero no se rompía, y muchas más cosas. Ramón le dio una vuelta a la bombilla y se encendió.
Cuando vio Señorbombilla la bombilla encendida se echó a reír y le dijo a Ramón:
— Gracias por ayudarme, pero me tengo que ir a trabajar.
Marchó Señorbombilla corriendo a trabajar y fue consiguiendo dinero y compró su casa.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.»
«Érase una vez un señor que se llamaba Señorbombilla, porque tenía una bombilla en la nariz. Él trabajaba de muchos oficios. Cuando se iba la luz de un colegio o de una casa él siempre acudía para dar luz con su bombilla.
Un buen día Señorbombilla fue a trabajar, pero le ocurrió algo muy raro. No se le encendía la bombilla de la nariz y si no se le enciende la bombilla no puede trabajar y perderá dinero y no podrá pagar su casa. Y como no podía pagar su casa le echaron.
Señorbombilla estaba muy triste. No sabía qué hacer; empezó a llover y se puso debajo de un puente. Al día siguiente le encontró un señor que le dijo:
— ¿Qué te pasa?
Y Señorbombilla dijo:
— Me han quitado la casa y no sé adónde ir.
El señor que vio a Señorbombilla dijo:
— ¿Y por qué te han quitado tu casa?
— Porque yo trabajaba dando luz y la luz de mi bombilla se ha apagado y no se enciende.
El señor le dijo a Señorbombilla:
— Ven a mi casa e intentaremos quitarte la bombilla y ponerte otra.
Llegaron a la casa del señor y Señorbombilla dijo:
— ¿Cómo te llamas?
Y dijo el señor:
— Me llamo Ramón.
Y Ramón dijo:
— ¿Cómo te llamas?
— Me llamo Señorbombilla.
Intentaron muchas cosas como romperla, pero no se rompía, y muchas más cosas. Ramón le dio una vuelta a la bombilla y se encendió.
Cuando vio Señorbombilla la bombilla encendida se echó a reír y le dijo a Ramón:
— Gracias por ayudarme, pero me tengo que ir a trabajar.
Marchó Señorbombilla corriendo a trabajar y fue consiguiendo dinero y compró su casa.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.»