Relato de Celia Puerta:
Había una vez un gusano llamado Gus que soñaba con poder volar como un pájaro. Su mamá le decía:
Había una vez un gusano llamado Gus que soñaba con poder volar como un pájaro. Su mamá le decía:
— Ten paciencia y pronto volarás como yo y papá.
Pero Gus no tenía paciencia.
Un día Gus se subió a un árbol y se colgó de una rama, porque estaba aburrido, y de repente, de un segundo a otro, empezó a meterse en una bolsa sin que él lo quisiera. Empezó a gritar:
— ¡Mamá, mamá, socorroooooo!
Pero nadie le escuchó.
Su familia le buscó día y noche, pero ni rastro de Gus. Unos días más tarde, Gus salió de la bolsa y vio cómo en todos los jardines de la ciudad tenían su foto en carteles en donde también ponía «SE BUSCA».
Se asustó y decidió salir, pero su sorpresa fue cuando vio… ¡que tenía alas!
Bajó caminando del árbol, no se le fueran a estropear.
Cuando llegó a casa dijo:
— ¡Mamá, mamá, tengo alas!
Y su madre orgullosa le miró y dijo:
— Creía que habías desaparecido.
Tardó muchos días hasta que aprendió a volar.
Se había convertido en mariposa y, lo más importante, había cumplido su sueño.