Cuento de Víctor Gómez:
Érase una vez dos niños que eran espías. Les mandaban a hacer trabajos para el gobierno mientras iban al colegio, pero a la hora del recreo los llamaban al teléfono secreto.
Érase una vez dos niños que eran espías. Les mandaban a hacer trabajos para el gobierno mientras iban al colegio, pero a la hora del recreo los llamaban al teléfono secreto.
Ellos se marchaban con una excusa diciendo que les dolía la cabeza, se ponían el traje negro y se escapaban por el túnel secreto que estaba debajo de la cama.
Mientras su hermana Sara peleaba con el malo llamado Diego, Víctor cogió la receta y se escapó con la moto voladora, pero se dieron cuenta de que les perseguía Dani el Tuerto, que le disparaba con petardos de colores.
Pero al fin llegaron sanas a casa, cenaron y se marcharon para la cama. Y nadie se dio cuenta de nada hasta que salió en el periódico la hazaña que habían pasado, pero Sara y Víctor se reían porque nadie sabía que eran ellos los espías.